Lo que comenzó como un anhelo de la empresa Tomás Hnos se convirtió en un objetivo mancomunado de más de 35 instituciones y empresas que se sumaron a la propuesta, potenciando al máximo esta iniciativa.

“Todos sabemos que acá no vinimos a vender nuestras empresas, sino a vender un futuro posible y sustentable para el agro de nuestro país. Y se lo venimos a vender a quienes prontamente serán nuestros técnicos, ingenieros y productores”, dijo el subgerente general de Tomás Hnos., YariMurature, con una emoción más que evidente.

Pero la apuesta no fue fácil: el clima metió la primera piedra y lo que iba a ser una mega expo en la sede del Campo Tecnológico –unas 75 hectáreas ubicadas a 3 kilómetros de Casares- debió mudarse a la Sociedad Rural local.

Pasadas las primeras horas de lluvia, finalmente el sol aportó su granito de arena y los más de 700 estudiantes pudieron recorrer los 20 stands con tecnología de última generación y participar de las demostraciones dinámicas de maquinaria.

Así, las “semillas” de la próxima generación del campo argentino conocieron tractores manejados por piloto automático, picadoras de última tecnología, fertilizadoras a dosis variable, desmalezadoras, rotoenfardadoras, se interiorizaron sobre el funcionamientode un mixer, y vieron cómo  la incorporación de los hijos en las empresas familiares mejoró el negocio tradicional por la empatía de éstos con la digitalización.

Organizados en grupos y acompañados por sus profesores, los alumnos también reconocieron los “otros” usos deldrone, se enteraron de lo que significa la agricultura de precisión y su aporte a la sustentabilidad, conocieron el concepto de agricultura por ambientes, vieron cómo funciona un monitoreo de plagas y enfermedades vinculado a una APP, se enteraron que existen plataformas para optimizar la logística de traslado de los granos y se entusiasmaron con las startup de e-commerce. Todo esto mientras se sacabanselfies grupales y compartían por las  redes  la experiencia de la Expo en tiempo real.

Los estudiantes estaban en su salsa y su atención multidireccional se empalagaba de conocimientos: la biotecnología y protección biológica de semillas; el reciclado de residuos plásticos y silobolsas, se mezclaba con la posibilidad de sumar la energía solar a la electricidad desde los techos de sus propias casas y se “stackeaba” con la importancia del trabajo en red.

Mientras las universidades les contaban sobre las múltiples oportunidades educativas que ofrecen las casas de estudio públicas y privadas, la Fundación Producir Conservando se ocupaba de “geolocalizarlos” dentro del sector agroindustrial y Aapresidjunto al INTA les mostraba que producir en forma sustentable en lo social, productivo y económico es posible.

También el ministerio de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires contó la experiencia de escuelas de 6 municipios, donde se trabaja en la producción de biogás como alternativa al tratamiento de desechos y la obtención de energías renovables.

“Cuando fundamos el CTT teníamos un segundo gran anhelo: hacer que esta experiencia pudiera ser replicable por otras empresas e instituciones. Hoy podemos anunciar que no seremos los únicos y que esta apuesta por la educación va a multiplicarse a lo largo de todo el país. La mecha está prendida”, concluyó Sergio Degenhardt, coordinador general del proyecto en Tomás.

 

Balance Expo CTT Joven Sergio Degenhardt

 

Clip resumen Expo CTT Joven